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Beni - Rurrenabaque
Rurrenabaque o un safari en piragua en la jungla
Rurrenabaque, la Pampa y la Selva... Tantos ambientes particulares, de momentos intensos, de emociones en sólo una semanita, que no sé por donde empezar.
Fuimos menos afortunados esta vez en la composición del grupo, que cuando viajamos al Salar. Aquí éramos siete saliendo a la Pampa. Nosotros dos y dos australianos muy al estilo "Crocodile Dundee", una alemana un poco provocativa, una irlandesa lobotomizada, y finalmente un suizo-alemán muy agradable de 54 años que viaja solo durante 6 meses en América del Sur. Para cerrar esta Dream Team, nuestro guía Luís, el creído perfecto, un metro cincuenta de altura, camiseta caqui demasiado grande para él, lentes y corte de cabello estilo Top Gun, el tipo que lo ha visto todo y vamos a ver lo que vamos a ver. No tan seguros de esta selección, igual salimos a la Pampa en barco, en el río Beni... Felizmente, la situación no será tan dramática como podíamos temerlo, y al final vivimos juntos momentos fuertes. Una visita nocturna de aligatores, la captura de una anaconda, centenares de pájaros que se echan a volar al mismo tiempo, cientos de animales, monos por todas partes, nadamos con delfines rosados...
Sobretodo el ambiente en el río, con el relieve de los árboles que se refleja en el agua, subidas de sol y gritos extraños de los pájaros que despiertan, el ruido de los monos que chillan al anochecer. Tantos momentos fuertes. El lado negativo fue, si olvidamos ciertos momentos con nuestros amigos turistas, la presencia de los zancudos, mariguis (moscas chiquitas más viciosas todavía que los zancudos, porque su picadura se hace sentir al día siguiente.), y otras pollerinas (nubecitas de moscas microscópicas que dejan centenares de picaduras en la piel a su pasaje).
En la jungla, estábamos solos con el guía, el motorista y la cocinera. El ambiente era mucho más agradable, más fuerte y más autentica, talvez porque hablábamos en español, también. Las charlas fueron muy enriquecedoras. Hubo menos animales, menos turistas, pero la presencia de la naturaleza era más impresionante, infinitamente más fuerte. ¡La felicidad total! |